La historia de Marcelo Espina, un funcionario policial de Fray Bentos, ha sobrepasado la mayoría de los límites del fanatismo, según el testimonio que brindó en las últimas horas a Canal 11 de Fray Bentos.
Según sus propias palabras, posee un santuario en su domicilio tapiado con fotografías, objetos y recuerdos, gastó más de 12 mil pesos en un taxi para ir a ver un Clásico, hizo socia del club a una tortuga de su propiedad y se rapó la cabeza como promesa por un campeoanto, lo que le valió cinco días de arresto a rigor por decisión del Jefe de Policía.
Otra de las anécdotas explicadas por Espina, incluyen la obtención de certificados médicos para faltar al trabajo y concurrir a ver partidos del aurinegro, incluso haciéndose extraer seis dientes para gestionar el certificado que le permitiría, más tarde, viajar a Montevideo.
Espina reconoce que más allá de actitudes que pueden parecer incomprensibles, hay un fanatismo que no puede contener, que le viene desde la niñez y que lo acompañará por encima de todo hasta el último día de su vida.